martes, 11 de marzo de 2014

Métodos de estudio del interior terrestre

-          Observaciones directas de los materiales de la tierra. Se obtiene una información muy  limitada. Las rocas extraídas son comparables a las que afloran en la superficie de la tierra.
-          Estudio de minas: 2.000 m de profundidad.
-          Sondeos: 7.000 m de profundidad.
-          Observaciones indirectas. Aportan más datos sobre el interior de la Tierra.
-          Erosión de las montañas que hace aflorar rocas que fueron originadas en profundidad.
-          Lavas emitidas por los volcanes, que están formadas por materiales originados a profundidades de hasta 100 km.
-          Meteoritos caídos sobre la Tierra, que se consideran como partes del interior de otros planetas.
-          Otras características de la Tierra que también sirven para investigar su estructura:
-          La densidad de la Tierra, que va aumentando desde la superficie desde 2,8 g/cm3 hasta el interior donde alcanza los 14 g/cm3.
-          La presión, que varía desde unas pocas atmósferas en superficie a más de 3.000.000 en el centro de la Tierra (datos teóricos deducidos por métodos indirectos).
-          Cálculo de la temperatura del interior de la Tierra.  En superficie el grado geotérmico es de un grado por cada 33 m de profundidad, aunque este aumento no puede continuar hacia el interior, pues se alcanzarían temperaturas que harían que la tierra fuera inestable.
-          Valores que tiene la gravedad terrestre en distintos puntos del planeta. Se demuestra que en las montañas el valor de la gravedad es menor que en las llanuras al ser el ancho de la corteza (la capa menos densa) mayor.
-          El estudio del magnetismo indica que en el núcleo se diferencian dos capas: un núcleo interno sólido y un núcleo externo fluido.
-          El estudio por medio de las ondas sísmicas aporta los datos más completos sobre la estructura y composición de la Tierra.

Estudio del interior de la Tierra por medio de las ondas sísmicas.

Los terremotos son movimientos bruscos debidos a la rotura y el desplazamiento de rocas de la corteza profunda o del manto superior, como consecuencia del movimiento de las placas litosféricas. Suelen producirse a una profundidad de unos 50 km.

-          Registro de las ondas sísmicas.

- Los sismógrafos son los aparatos encargados de registrar las ondas sísmicas.
- Existen tres grandes tipos de ondas sísmicas:
-          Ondas P: Son las más rápidas. Vibran en la misma dirección que la dirección de propagación. También se denominan ondas primarias o principales
-          Ondas S: Son más lentas que las P. Vibran perpendicularmente a la dirección de propagación. No atraviesan fluidos. También se denominan ondas secundarias.
-          Ondas superficiales: son las que al llegar a la superficie causan las catástrofes. Hay dos tipos de ondas superficiales:
-          Ondas R (Rayleigh) hacen subir y bajar las partículas del sustrato en un movimiento circular, produciendo un desplazamiento hacia delante y hacia atrás.
-          Ondas L (Love) dan lugar a un movimiento latera, perpendicular ala dirección de propagación.

-          Características de las ondas sísmicas.

-          Cuanto mayor es la densidad del material atravesado, menor es la velocidad de las ondas, y cuanto mayor es su rigidez, mayor es su velocidad.
-          Las ondas S no se propagan en fluidos.
-          Las curvas P y S tienen una trayectoria curva en determinadas zonas de la tierra y se refractan al cambiar de un medio a otro con características muy diferente (por ejemplo del manto al núcleo).


1.    Las discontinuidades.

Del estudio de las ondas sísmicas se deduce que la Tierra tiene una estructura en capas. Cada variación brusca en la velocidad de propagación de las ondas indica que éstas entran en un nuevo tipo de material o en un material con un estado de viscosidad distinto. A estas variaciones bruscas se las denomina discontinuidades.

-          La primera se sitúa a 10 km en los océanos y a 30-40 km bajo los continentes, separa la corteza del manto, y se denomina discontinuidad de Mohorovic.
-          La segunda se localiza a unos 670 km de profundidad, se denomina discontinuidad de Repetti y marca la transición entre manto superior y el inferior.
-          La tercera se localiza a 2.900 km y se denomina discontinuidad de Gutemberg. Separa el manto del núcleo.
-          La cuarta discontinuidad se produce a los 5.100 km y se denomina discontinuidad de Wiechert-Lheman.


2.    Divisiones de la Tierra.

Se pueden considerar dos criterios para subdividir el planeta en capas:

-          Divisiones geoquímicas. El 92% de la tierra está compuesta por:
-          Hierro (34,6%).
-          Oxígeno (29,2%).
-          Silicio (15,2%).
-          Magnesio (15,2%)
Estos elementos químicos se combinan formando minerales y se distribuyen en tras grandes capas:
-          Corteza. Es la capa más externa y tiene entre 8 y 70 km de espesor. En ella se concentran los elementos más ligeros.
-          Manto. Ocupa la mayor masa de la Tierra y llega hasta los 2.900 km de profundidad. El porcentaje de elementos pesados es más alto que en la corteza.
-          Núcleo. Ocupa el centro de la tierra. En él se localiza el porcentaje más alto de elementos densos, como el hierro.

-          Divisiones dinámicas: Según el comportamiento que tienen los materiales ante las deformaciones. Bajo este criterio se distinguen cuatro capas:
-          Litosfera. Es la capa exterior, de naturaleza rígida y quebradiza. Su espesor medio calculado es de 100 km. Está formada por la corteza y la parte superior del manto.
-          Astenosfera. Tiene un espesor medio de 200 km. Constituye la parte inferior del manto superior. También se la denomina canal de baja velocidad ya que en ella la velocidad de las ondas sísmicas desciende bruscamente.
-          Mesosfera. Coincide con el resto del manto.
-          Endosfera. Coincide con el núcleo.


3.    Estructura y naturaleza físico-química del interior de la Tierra.

Hay dos tipos básicos de corteza: la corteza oceánica y la corteza continental.

-          La corteza oceánica.

-          Tiene un espesor mucho menor que la corteza continental; sobrepasa los 12 km.
-          Su zona más externa está formada por sedimentos.
-          Debajo de esta primera zona se encuentra una capa de rocas volcánicas de composición basáltica, originada por el enfriamiento de la parte fundida del manto al ser emitida a la superficie en forma de lavas.
-          La zona más profunda de la corteza oceánica está formada por gabros, rocas que han sufrido un enfriamiento lento en el interior de la tierra y que debido a ello, presentan todo el volumen de la roca formado por cristales.
-          La corteza oceánica es joven comparada con la corteza continental.

-          La corteza continental

-          Constituye los continentes y las plataformas continentales (que son sus bordes sumergidos).
-          A diferencia de la oceánica, la continental es muy antigua, puede tener hasta 4.000 millones de años.
-          Se distinguen tres zonas distintas:
-          Zona superficial: Rocas sedimentarias plegadas (o no).
-          Zona intermedia: Rocas metamórficas de intensidad media junto con plutones (granitos).
-          Zona profunda: Rocas metamórficas de alto grado de intensidad de presión y de temperatura junto con intrusiones básicas.

-          El manto.

-          Para su estudio existen menos evidencias que para el estudio de la corteza.
-          Llega a los 2.900 km de profundidad.
-          Está formado por rocas ultrabásicas, que son rocas pobres en sílice y ricas en olivino y piroxenos.
-          Una de sus características más importantes es su dinámica de convección que hace que se produzcan corrientes que equilibran el calor interno con el superficial.

El núcleo.

-          El núcleo externo es líquido.
-          Su temperatura puede ser de unos 4.000 a 5.000 ºC.
-          El núcleo genera un campo magnético que ha quedado registrado en las rocas desde hace unos 3.500 millones de años.
-          Se supone que debe estar compuesto mayoritariamente por hierro y níquel






1.      El origen de las montañas. Contraccionistas y movilistas.

Hasta la década de los 60, cuando empieza a conocerse mejor el fondo de los océanos y a interpretarse los datos del magnetismo terrestre, la comunidad científica se debatía entre dos corrientes de pensamiento: la de los contraccionistas y la de los movilistas.
-          Los contraccionistas se basaban en la teoría del geosinclinal, que eran una especie de surcos estrechos, pero de muchos kilómetros de longitud, en los que se iban acumulando a lo largo del tiempo cantidades ingentes de sedimentos, que las fuerzas de compresión horizontales (contracción) plegaban elevándose y formando las cadenas de montañas. Sin embargo, la idea de que la Tierra se contraía como consecuencia de su enfriamiento fue perdiendo peso poco a poco, al descubrirse la radiactividad terrestre y por tanto la posibilidad de que existiera una fuente para el mantenimiento del calor del interior del planeta.
-          Los movilistas se basaban en la antigua idea del desplazamiento de los continentes, aunque la principal dificultad que tenían para que sus ideas fueran aceptadas radicaba en que no aportaban suficientes datos concretos para justificar la movilidad de las masas terrestres. Pero en 1911 Wegener, un meteorólogo alemán, planteó con gran abundancia de argumentos y datos la idea de que los continentes no habían permanecido fijos, sino que se habían movido en el transcurso de los tiempos geológicos.
La teoría de Wegener conocida como la deriva continental, describía cómo un gran continente primitivo, al que denominó Pangea, se fracturó en numerosos continentes más pequeños. Estos continentes, en su desplazamiento a lo largo del tiempo, originaron las masas de tierra y las montañas actuales.


2.      La teoría de la tectónica de placas.

Según la teoría que propuso Wilson en 1965, la Tierra se divide, como un rompecabezas, en una serie de compartimentos rígidos denominados placas litosféricas. Las placas están separadas por una red de cinturones sísmicos y volcánicos, cadenas montañosas submarinas y archipiélagos de islas volcánicas dispuestas en arco, que recorren toda la superficie terrestre.
En la actualidad se acepta que la Tierra está dividida en 12 placas de tamaño variable.
Hay placas exclusivamente oceánicas, aunque lo común es que tengan una parte formadas por litosfera continental (el continente y la plataforma continental) y otra formada por litosfera oceánica.

Relación entre placas.

Las placas pueden separarse, chocar o deslizarse lateralmente entre sí. Las zonas en que sucede esto se denominan respectivamente: dorsales oceánicas, zonas de subdución y fallas transformantes.

Con relación a esto, entre placa y placa se pueden reconocer tres tipos de límites o bordes:


-          Bordes constructivos o dorsales oceánicas: Son las zonas en las que se crea constantemente litosfera oceánica. Están situados normalmente en el centro de los océanos.
















-          Bordes destructivos: Son las zonas en las que se destruyen las placas, al penetrar la litosfera oceánica debajo de la continental en la llamada zona de suducción. Se sitúan generalmente cerca de los bordes continentales. También se produce suducción cuando convergen dos placas oceánicas.
















1.      Pruebas de la tectónica de placas.

1)      Coincidencia de líneas de costa.

Cuando se ajustan los continentes a las líneas que delimitan la plataforma continental, a unos 2.000 m de profundidad bajo el nivel del mar, se puede comprobar que la coincidencia de las masas continentales es muy grande.

2)      Coincidencia de formaciones rocosas en continentes lejanos.

La coincidencia corresponde a rocas que tienen más de 100 millones de años, tiempo en el que comenzó la separación del primitivo continente único (Pangea).

3)      Continuidad de las cadenas alpinas y separación de las cadenas hercínicas.

Las cadenas montañosas más recientes, denominadas cadenas alpínicas, se originaron hace unos 25-30 millones de años. Se comprueba que la distribución de estas a lo largo de la Tierra no se interrumpe en ningún momento. Sin embargo otras cadenas montañosas más antiguas, originadas durante el plegamiento hercínico, hace unos 300 millones de años, presentan grandes interrupciones y solamente se puede apreciar su continuidad si se unen los continentes.

4)      Pruebas paleontológicas.

Aunque las faunas actuales de diversos continentes no se parecen en nada, las faunas fósiles presentan especies en común, por lo que cabe pensar que los continentes debieron separarse en un momento determinado, lo que dio lugar a que la evolución las hiciera diferentes.
La única posibilidad de que se encuentren fósiles de la misma especie en lugares tan alejados entre sí es que dichos lugares estuvieran unidos en aquella época y constituyeran el hábitat continuo del animal.

5)      Pruebas paleoclimáticas.

Durante el Carbonífero, hace unos 300 millones de años, se produjo una gran glaciación, cuya existencia se ha identificado por los depósitos que dejaron los antiguos glaciares. Estos depósitos, denominados morrenas, aparecen como una acumulación de rocas de distintos tamaños y muy poco o nada redondeados. El roce de la morrena del fondo del glaciar provocó unas marcas grabadas en las rocas duras, estos surcos se denominan estrías glaciares. A partir de estos restos de la glaciación carbonífera y de las direcciones de las estrías en los continentes actuales, se puede reconstruir el modo en el que estaban agrupados los continentes de aquella época.

6)      Paleomagnetismo y movimiento de los continentes

Cuando los volcanes arrojan los materiales magmáticos del interior de la Tierra, los minerales, sobre todo los de hierro, se orientan según el campo magnético.
Cuando la lava se enfría, los minerales de hierro quedan orientados según la posición del polo magnético del momento. La latitud en la que están, así como la orientación magnética que tienen permiten determinar la dirección del campo magnético terrestre en el momento de su magnetización.
Se ha comprobado que este campo magnético ha variado a lo largo del tiempo. Esta característica del magnetismo terrestre ha quedado impresa en las lavas del fondo marino. Así, se originan bandas de distinta anchura, paralelas al eje de la dorsal, formadas por minerales orientados alternativamente. Estas bandas, llamadas anomalías magnéticas, son sin duda una de las pruebas más importantes que demuestran el crecimiento de la corteza oceánica a partir de las dorsales.
Esta característica magnética también prueba que los continentes se han movido, dado que las rocas magnetizadas de otras épocas tienen orientaciones distintas a las actuales. Incluso puede reconstruirse el desplazamiento seguido por los continentes en los últimos tiempos geológicos, a partir de los datos que nos proporciona el magnetismo antiguo (paleomagnetismo).

7)      Distribución global de volcanes y terremotos

Los terremotos y volcanes se distribuyen en la Tierra en bandas muy definidas. Tal distribución coincide plenamente con los límites de las placas, especialmente con los bordes que subducen. El rozamiento de la placa que subduce provoca un aumento de temperatura, de tal manera que se originan rocas fundidas que ascienden a la superficie de la tierra y dan origen a los volcanes.

8)      Medida del desplazamiento de los continentes

Se ha comprobado que los continentes se separan unos de otros a velocidades distintas en cada caso, pero del orden de varios centímetros/año. Se emplean satélites artificiales que realizan la medición mediante rayos láser.

9)      Prueba biológica-ecológica

Hace 130 o 140 millones de años, el Mar de los Sargazos era una zona pantanosa situada entre las actuales América y Europa. Allí desovaban las anguilas (tanto las europeas como las americanas). Actualmente siguen desovando allí aunque para ello tengan que recorrer miles de kilómetros en algunos casos, ya que tienen sus genes programados biológicamente para ir a ese lugar a desovar.


2.      Origen del movimiento de las placas.

El desplazamiento de las placas se debe seguramente a la liberación del calor de la Tierra. Las zonas calientes del interior de la Tierra evacuan el calor hacia el exterior, y a su vez, las zonas frías de la corteza se introducen en el manto, quizás de manera similar a la convección que se produce en los fluidos al calentarlos.
De esta manera se produce un movimiento de rocas plásticas del manto, que parece ser el causante del desplazamiento de las placas.
Unos científicos creen que sólo hay un sistema de circulación en el manto, mientras que otros creen que de ser así la Tierra se enfriaría muy rápidamente, por lo que piensan que debe existir un doble circuito de convección para que la Tierra pierda más lentamente su calor.
Otras teorías afirman que al subducir la el borde de la placa, arrastra tras de sí a la totalidad de la placa, debido a su peso.


3.      Origen y evolución del fondo oceánico.

-          La mayor parte del fondo oceánico, sin considerar las plataformas continentales, se ha originado como consecuencia de la fracturación de las placas litosféricas y su separación.
-          El fondo oceánico se crea en las zonas de las dorsales oceánicas y se destruye en las zonas de subducción.
-          Cerca de los continentes encontramos las rocas más antiguas del fondo del mar; esta edad de las rocas disminuye a medida que nos acercamos a la dorsal oceánica, donde sólo encontramos rocas volcánicas.

4.      Los bordes constructivos.

En las dorsales (límites de placas donde se produce una separación), el hueco que dejan las placas al separarse es rellenado continuamente por material volcánico procedente del manto. Este material es el que forma la corteza oceánica y es quien provoca la expansión del fondo oceánico y el movimiento de los continentes.
Las dorsales son cadenas montañosas submarinas de perfil muy agreste y con una longitud de miles de kilómetros.
En el centro de muchas dorsales existe una gran depresión que las recorre, conocida como fosa tectónica o rift. El valle de rift se presenta como una serie de zonas hundidas escalonadas, resultado de un sistema de fallas. En el centro de este valle, la actividad volcánica es constante. Sobre estos fondos de la va no existe ningún sedimento, lo que demuestra que no ha habido tiempo de que nada se deposite sobre ellos. Junto a las lavas encontramos abundantes chimeneas volcánicas que emiten fluidos a altas temperaturas.