jueves, 30 de enero de 2014

Geología: El tiempo y la arena

El desierto es bello y Paracas es uno de sus mejores exponentes. La península y bahía de Paracas, sus islas y alrededores están entre los lugares más atractivos de la costa del Perú. Esto se debe, al margen de su belleza paisajista y de su historia, a los atractivos naturales que presenta. Y un atractivo igualmente interesante pero menos conocido es su peculiar geografía e historia geológica. La carencia de vegetación y la escasez de humedad convierten a Paracas en un libro abierto de geología en el que es posible leer el pasado de la Tierra misma. 

En Paracas y sus islas reaparece la antigua cordillera de la Costa y afloran los sedimentos marinos del Terciario y las rocas más antiguas de la Tierra, las precámbricas, formadas antes de que hubiera vida en el planeta. 

La cordillera de la Costa es una cadena de montañas de relativamente poca altura que se inicia en el norte, en los Cerros de Amotape, la llamada Silla de Paita y la península de Illescas, para luego sumergirse en el mar, donde en su mayor parte está cubierta por sedimentos. Aflora nuevamente en el continente a la altura de Paracas, formando las partes altas de la península y es responsable de la existencia de las islas de la región. 

En las partes altas de esta cordillera afloran rocas plutónicas, granitos y graneodoritas, formadas en el interior de la Tierra y que aparecen como consecuencia de un plegamiento de la corteza en épocas muy antiguas. Estas deformaciones han traído a la superficie sedimentos aún más antiguos que se pueden observar en los acantilados formados por acción del oleaje marino en las laderas más occidentales de la cordillera. Estos acantilados llegan a tener hasta 600 metros de altura, formando verdaderos precipicios, como es el caso del cerro Lechuza, el más alto de la península de Paracas, y Morro Quemado, al sur de la bahía de la Independencia. Los sedimentos más antiguos corresponden al Precámbrico, depositados hace más de 600 millones de años. 

Esta es la época en que recién aparecen los organismos vivientes más primitivos, principalmente microscópicos, con excepción de algunas algas pequeñas y lombrices. Estos antiguos afloramientos no son comunes en el territorio peruano, lo que convierte a la zona de Paracas y las playas ubicadas hacia el sur en un atractivo geológico de importancia.

Otra roca sedimentaria antigua de interés y que aflora en la península pertenece al carbonífero. Esta contiene material orgánico vegetal fosilizado, plantas, ‘árboles’ y turba, depositados hace unos 300 millones de años, antes de que hubiera oxígeno en la atmósfera. Son casualmente estos ‘árboles’, ahora petrificados, los que liberaron el oxígeno que hoy respiramos y que permitió la evolución de la vida animal sobre la Tierra. Estas rocas se pueden apreciar en el extremo rocoso de la playa La Mina, en forma de pizarras en las que se aprecia la corteza escamosa y fósil de los ‘árboles’ de ese entonces. 

La historia geológica de Paracas mostrada en sus sedimentos se interrumpe abruptamente por cerca de 250 millones de años, de forma que las siguientes huellas del tiempo que leemos en las rocas pertenecen al Terciario, con menos de 40 millones de años de antigüedad. Distinguimos dos épocas bien diferenciadas en estos sedimentos: la Formación Paracas y la Formación Pisco. 

La Formación Paracas, como su nombre lo indica, es la que aflora en la península y alrededores. Tiene unos 35 a 40 millones de años de antigüedad y pertenece a la época del Eoceno superior. Es la que le da el color amarillento tan típico de la zona. Estos estratos se pueden apreciar en los acantilados de La Catedral, paraje obligado para los visitantes por la belleza de su paisaje. 

La Formación Pisco es más reciente. Se trata también de un sedimento marino depositado principalmente en el Mioceno superior y Plioceno inferior. Tiene entre 4 y 15 millones de años de antigüedad, posee un color blanco característico y está compuesto en su mayoría por diatomita, roca formada por esqueletos fósiles de microorganismos monocelulares (diatomeas). 

Finalmente, las dunas y el guano de las islas, son los sedimentos del cuaternario más interesantes y recientes. Más antiguos, pero también del cuaternario, son los estratos de conglomerados de piedra. Estos complementan la cobertura superficial de las partes planas de la zona, pero en menor extensión que las dunas y afloramientos del Terciario ya mencionados. En suma, Paracas y sus islas nos permiten leer en el libro abierto de la geología como en ningún otro lugar de la costa peruana; un valor que debemos cuidar y promover entre todos los que visitan este inigualable paraíso.


REFERENCIA: http://www.perutravelnow.com/tours-peru/articulos-viaje/12/paracas/56/geologia-el-tiempo-y-la-arena/&pag=2

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